Épila 3, Cuarte 2
Épila 3, Cuarte 2
El Épila estabiliza su posición de equipo fuerte en La Huerta, brindando a su afición una importantísima victoria, ante un rival directo, en plenas Fiestas Patronales, marcando tres goles de bella factura.
Fernando Rosel Lana
Segundo partido consecutivo del Épila en La Huerta, en uno de los dos partidos de la jornada entre dos ex terceras división, del que se esperaba un choque interesante, debido a la importancia que su resultado tenía para medir las expectativas de ambos conjuntos, a la hora de ocupar al final, los puestos altos de la tabla, siendo en este sentido uno de los típicos partidos llamados de los “cuatro puntos”.
El Épila acababa de sumar también en La Huerta, frente al Calatayud, sus tres primeros puntos con mucho esfuerzo y sufrimiento, y tenía la oportunidad de aprovechar su ventaja de jugar otra vez como local, para sumar de nuevo y dar una alegría a su Afición en el día de sus Fiestas Patronales, marcando territorio frente a uno de sus rivales en teoría más directos.
Por su parte, el Cuarte acudía a La Huerta epilense con tan solo un punto en su casillero, y necesitaba demostrarse a sí mismo, sus posibilidades reales como equipo a contar a la hora del ascenso, siendo los epilenses en La Huerta una excelente ocasión para ello, por lo que salió especialmente motivado a conseguir la victoria.
El encuentro se celebró con una buena temperatura, un buen estado del césped natural, y una buena asistencia de aficionados.
Hemos de decir que, en nuestra opinión, el colegiado del encuentro Sr. Sanz Torcal, auxiliado en las bandas por los Srs. Perdiguer Pérez y Pardo Castellón, no podrá escribir en su currículum arbitral este partido, precisamente como una de sus mejores actuaciones, tras pitar un penalti en contra de los locales que, al menos, puede calificarse de extraño y surrealista, y “alicatar” prácticamente de tarjetas amarillas al equipo epilense, rubricando su actuación con la expulsión de uno de sus mejores recursos ofensivos, como consecuencia de doble cartulina amarilla, estando a punto de esta manera de influir en el resultado, y amargar las fiestas patronales a la afición epilense, a no ser por la extraordinaria actitud del equipo local, que supo sobreponerse en todo momento a las contrariedades del encuentro.
En su primera mitad, el Cuarte comenzó bien plantando cara a los locales, teniendo parte de este periodo minutos de buen juego, adelantándose incluso en el marcador en el minuto-10, como consecuencia de un doble fallo en el equipo epilense, que comenzó en el centro del campo, con una entrega de balón al rival, y que de manera inmediata fue prolongado con otro fallo defensivo, dando pie a que el jugador del Cuarte García Gracia, pusiera el cero a uno en el marcador.
Sin embargo, los locales lejos de venirse abajo, fueron tomando cada vez más el mando del partido, creando jugadas de peligro en el área cuarterana, y en el minuto-20 fruto de un lanzamiento de falta directa, están a punto de enviar el balón al fondo de las mallas del equipo rival por dos veces consecutivas, siendo la primera repelida por el larguero y la segunda sacando el balón, un defensa del Cuarte, de la mismísima línea de gol debajo de los palos, cuando la grada cantaba ya el gol.
Justo cinco minutos después, en el 25 exactamente, el jugador del Épila Pablo García desde banda izquierda, ejecuta un centro chut envenenado, que acaba transformándose en un auténtico y bello vaselinazo, sorprendiendo a toda la defensa cuarterana, incluido su portero Laínez, y el balón dibujando una geométrica parábola, acaba alojándose en las mallas visitantes, estableciendo el empate a uno en el marcador.
El encuentro entró en una fase de jugadas de peligro alternativo, y en una de ellas fue el Épila, quien tuvo en el minuto 35 la ocasión más clara de haber desequilibrado el marcado a su favor, en una bonita jugada entre Adrián Molina y Dani Alonso, que acaba con un tiro de este último a portería, pero que el portero cuarterano desbaratando con una excelente intervención, evitando el tanto epilense.
El Épila acabó entrando poco a poco en una fase de dominio de balón y de buen fútbol, y el delantero Adrián Molina en el minuto-41, rompe la línea defensiva visitante y desde fuera del área, viendo al portero cuarterano Laínez adelantado, le sorprende con una vaselina espectacular, consiguiendo darle la vuelta al marcador y establecer el 2 a 1 para los epilenses.
Solo dos minutos más tarde, en el 43, Adrián Molina de nuevo, realiza una jugada en profundidad por banda izquierda, volviendo a poner en apuros a la línea de cobertura y portería visitante, llegándose así al final de esta primera parte.
En la segunda mitad, los dos equipos perdieron algo de fuelle en su principio, y el partido perdió en calidad respecto de la primera parte, pero ganó en una apasionante incertidumbre, debido a que el equipo arbitral se fue erigiendo en el auténtico protagonista del encuentro, tomando decisiones que, en nuestra opinión, se fueron transformando en jugadas clave del partido, en arbitrarias más que arbitrales.
En este sentido, en el minuto-71 el Sr, colegiado pitó un penalti favorable al Cuarte, que solo él vio, dejando a la parroquia de La Huerta perpleja de asombro. La pena máxima es lanzada por García Gracia dándole la opción de hacer el doblete para su equipo, y poner el empate a dos en el marcador.
Sin embargo, los epilenses no querían defraudar a su afición en el día principal de sus fiestas patronales, y con una actitud encomiable, se lanzaron con convicción y esfuerzo a por la victoria, y fruto de su esfuerzo y empeño consiguen de nuevo adelantarse en el marcador, solo un minuto más tarde de que los cuarteranos establecieran la igualada, siendo el Mono Esteban en el minuto-72, quien consigue un soberbio gol, como consecuencia de un espléndido cabezazo en el área, que termina alojando el balón literalmente por la “gatera izquierda” de la portería cuarterana defendida por Laínez, que daría lugar al definitivo triunfo de los epilenses por 3 a 2.
De aquí al final del partido, el encuentro entró en una fase de “explosión tarjetera arbitral”, que acabó dejando los diez últimos minutos del encuentro, con un hombre menos a los epilenses, por doble tarjeta amarilla al siempre inquietante y peligroso delantero Dani Alonso.
Finalmente, la Afición de La Huerta respiró tranquila al oír el pitido final del encuentro, y festejó con gran alegría el otra vez de nuevo, tan sufrido y trabajado, como merecido triunfo de su equipo, muy bien preparado, planteado, dirigido y leído en todos sus momentos, por su técnico Miguel Catalán..
Destacaron por parte del Épila, tanto por su juego como por sus goles, Pablo García y Adrián Molina, y por parte del Cuarte, su doble goleador García Gracia.