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Andorra 1 Épila 0

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El Andorra que sigue creciendo cada jornada logra su primera victoria de la temporada al vencer al CF. Epila con un gol de Val en la segunda mitad

Andorra 1 Épila 0

EL ANDORRA SE SUMA AL GRUPO DE EQUIPOS QUE OBTIENEN SU PRIMERA VICTORIA A COSTA DEL EPILA, QUE VUELVE HACER EL PAPEL DE “RESUCITA MUERTOS” EN ESTA LIGA

Fernando Rosel Lana

El partido entre andorranos y epilenses, se presentaba a priori como muy difícil de pronosticar, viendo con similar probabilidad la ocurrencia de cualquiera de los tres signos quinielísticos posibles. En este sentido, la victoria de los turolenses se veía bastante probable, primero por la ley de los grandes números, al llevar ya trece partidos consecutivos sin saber lo que es ganar un partido, segundo porque su juego y resultados parecen haber ido mejorando en los últimos encuentros., y tercero porque el Épila había hecho posible que equipos como el Brea, Sabiñánigo y el Sariñena, conocieran por primera vez la victoria a costa de su visita.

Por otro lado, el empate o la victoria epilense, también parecían posibles debido a que los zaragozanos de Valdejalón, están siguiendo una línea bastante regular de resultados, manteniéndose firmes en los puestos altos de la tabla.

El encuentro, pues, se presentaba a priori tan interesante como imprevisible en cuanto a su resultado, ya que si bien el Andorra necesitaba los tres puntos para salir lo antes posible de la situación agónica en la que se encuentra, último en la tabla con tan solo tres puntos, el Épila venía con la credencial de equipo rocoso y peleón, con ganas de no ceder posiciones en la clasificación, y sumar lo antes posible los puntos necesarios que en esta primera vuelta le den garantía de permanencia al final de la liga.

El encuentro se celebró con una temperatura algo húmeda, en un buen estado de terreno de juego y con bastante asistencia de público.

La siempre tan necesaria, como difícil y respetable labor arbitral, fue llevada a cabo, esta vez,  por el colegiado Sr. Ruiz Gracia, que tuvo una actuación regular al aplicar criterios diferentes en alguna ocasión, según se tratara del equipo local o el visitante, desautorizar en distintas ocasiones a los señalamientos de sus auxiliares Srs. Zueras Lavilla y Gonzalo Benito, a pesar de la mejor posición de estos en relación a algunas jugadas por las bandas, a lo que hay que añadir ser demasiado ligero a la hora de sacar las tarjetas amarillas a los jugadores visitantes.

.En la primera mitad del encuentro, el técnico epilense sorprendió de salida con una alineación que dejaba fuera de convocatoria a uno de los centrales básicos, y situando en el banquillo a otro jugador clave en el esquema más competitivo del equipo zaragozano.

De salida los andorranos dieron muestras de salir a por todas dando muestras de confianza de que iba a ser el día en el que por fin iban a obtener la primera victoria, sabedores quizás de que los epilenses habían hecho ya en tres ocasiones de “resucita muertos”, al darles la primera victoria en su visita a sus respectivos feudos.

En cualquier caso, la nota predominante en esta primera parte fue el centrocampismo con escasos sobresaltos para ninguna de las dos porterías.

En el minuto-11, fue el Andorra quien avisó primero con cierto peligro, con llegada clara al centro del área epilense conectando un fuerte tiro que salió por encima del larguero de la portería de Fabre. A continuación, los andorranos adquirieron el dominio del balón, y el Épila se dedicó durante algunos minutos a achicar balones.

Sobre el ecuador de esta primera mitad, el partido no quiso tener dueño, y permaneció inmerso en un centrocampismo, abierto a cualquier resultado, pero sin grandes inquietudes para ninguno de los dos guardametas.

En la segunda mitad, el Épila tuvo que prescindir de su mejor pieza de ataque al caer lesionado en las postrimerías de la primera parte Dani Alonso que, tras pasar por vestuarios,  ya no pudo pisar el césped en la reanudación del encuentro.

Con la pérdida de Dani Alonso, el Épila se quedó como “lápiz sin punta de mina”, y sus escasos ataques carecieron de la mordiente necesaria para abrirse paso en la barrera defensiva andorrana, en donde brilló de manera especial su central Marcen, que su gran envergadura cortó todo tipo de balones aéreos, enviados por los epilenses a la portería de Rodríguez Herrera.

En cualquier caso, el Épila empezó enseguida a caer en el “sesteo veraniego de la oveja” y por el contrario el Andorra se fue activando y ganando en intensidad, conforme iban pasando los minutos.

En el minuto-52, el jugador andorrano Serrano consiguió una buena internada, que hizo subir las pulsaciones a la línea defensiva epilense, pero acabó sin consecuencias en el marcador.

Solo un minuto más tarde, en el 53, y en plena “modorra epilense”, es de nuevo el Andorra, por medio de su jugador Maldonado, quien va a realizar la jugada tipo slalom, en donde él “se lo compra, se lo guisa y se lo come”, haciendo un jugadón de auténtico jugón, con tiro final a la portería de Fabre, que sale fuera.

En pleno dominio andorrano, y con el Épila en el clásico “zzzzzzzzzzz de siesta veraniega”, llegaría el ansiado y merecido gol para los turolenses por mediación de Val en el minuto-55, fruto de la mayor insistencia ambición y confianza en el gol de los jugadores del Andorra.

En el minuto-57, el técnico epilense decidió retirar del campo a Lahoz que había hecho durante todo el partido una buena labor en el centro del campo, y dar entrada a Rubén que sorprendentemente al ser una pieza clave en el equipo epilense habitual, por causas que no conocemos, estuvo de espectador del partido en la banqueta hasta ese momento.

La entrada de Rubén, junto con el gol encajado, hizo el efecto de despertar algo al Épila de su letargo, llevando a cabo algunos acercamientos al área andorrana, pero sin peligro claro de cara al gol, resolviendo muy bien especialmente los balones aéreos, la defensa turolense.

A partir del minuto-60, el Andorra vuelve de nuevo a la ofensiva, creando ocasiones de peligro en la portería epilense, y en el minuto-69 el portero del Épila Fabre, salva con una excelente intervención, en un tiro a bocajarro, el segundo gol para el Andorra.

En el minuto-70, el técnico epilense intenta dar un golpe de timón en la pizarra, y retira al lateral derecho Pierre, el mejor hombre sobre el terreno de juego en el partido, buscando un cambio de estrategia, arriesgando una defensa de tres y buscando intensificar la lánguida e ineficaz ofensividad epilense, pero que no dio el resultado apetecido, aumentando por el contrario las posibilidades del Andorra para poder haber aumentado el marcador.

Durante los últimos 20 minutos del partido, el termómetro de la presión en el campo subió bastantes unidades atizado por la grada de seguidores andorranos que, en buena lógica, estaban vibrando con la posibilidad de que su equipo, consiguiera la primera victoria de la temporada.

En los últimos minutos, se produjo la típica ruptura del partido en las líneas de ataque y defensa de manera alternativa, pero fue el Andorra, quien en el minuto-81, tuvo otra ocasión clara de marcar a no ser por la excelente “tapada de puerta” del portero epilense Fabre, que de manera maestra hizo empequeñecer tanto la portería al delantero andorrano, que este no encontró hueco para introducir el balón en el mano a mano correspondiente.

Destacaron por el Épila Valdés en la primera mitad, Lahoz, Pierre y el portero Fabre, y por el Andorra Marcen, Gimeno, Lobo y Maldonado.

Con esta derrota, el Épila se especializa en dar vida a otro de los equipos que estaban en “coma de resultados futbolísticos”, desciende dos puestos en la tabla, y suma solo un punto de nueve, en los tres últimos partidos, marcando una clara tendencia a la baja, por lo que deberá reflexionar sobre ello, para no caer en dinámicas de caída libre que, en muchas ocasiones, suelen entrar los equipos.

Por su parte, el Andorra suma su primera y merecidísima victoria, y le da la motivación suficiente para seguir creciendo y creyendo en sus posibilidades, de salir del pozo de la tabla clasificatoria, expresando nuestra más sincera felicitación por este logro.