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Sariñena 2 Épila 1

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El triunfo del Sariñena, le permite sumar tres importantísimos puntos, y gozar así junto con sus seguidores del primer triunfo como local.

Sariñena 2  Épila 1

EL EPILA PERDONÓ SENTENCIAR EL ENCUENTRO MARRANDO VARIAS OCASIONES CLARAS DE GOL EN LA PRIMERA PARTE, Y LO ACABÓ PAGANDO EN LA SEGUNDA, EN BUENA PARTE AYUDADO POR UNA DESAFORTUNADA ESTRATEGIA TACTICA

Fernando Rosel Lana

El Sariñena recibía en su coqueto estadio de “El Carmen”, como penúltimo clasificado con tan solo seis puntos y un alto golaverage en contra de -13, a un Épila situado en la séptima plaza con 19 puntos y un golaverage de +1, y considerado en muchos medios como equipo revelación en esta liga.

El encuentro se presentaba a priori tan interesante como imprevisible en cuanto a su resultado, ya que si bien el Sariñena necesitaba los tres puntos para salir lo antes posible de la situación agónica en la que se encuentra, habiendo obtenido solamente una  sola victoria en lo que va de liga, el Épila venía con la credencial de equipo rocoso y peleón que llevaba ya tres jornadas consecutivas sumando de tres en tres, ocupando una posición en la tabla inimaginable a estas alturas de la liga.

El hecho de que los monegrinos no habían saboreado, todavía, el triunfo como locales, unido a su urgencia de puntuar, hacía que el Sariñena se presentara en principio como un “caladero” muy difícil, en el que los epilenses “pudieran pescar algo”.      

Parecía, pues, lógico que dicha urgencia de los monegrinos por puntuar, favorecida por la llamada “ley de los grandes números” , y todo ello unido al factor campo, iba a jugar a favor de los oscenses en este apasionante encuentro, pero el gran momento de juego  con el que acudían los epilenses a “El Carmen”, hacía en definitiva muy difícil hacer un pronóstico sobre el resultado de este encuentro, por lo que se presentaba como ya hemos dicho anteriormente,  como un partido tan interesante como incierto.

El encuentro se celebró con una temperatura algo fresca y algo de viento, en un estado excelente del terreno de juego, y al final con bastante asistencia de público, incrementada por un nutrido grupo de seguidores epilenses.

La siempre tan necesaria, como difícil y respetable labor arbitral, fue llevada a cabo esta vez por el colegiado Sr. Latorre Gracia, auxiliado en las bandas por el Sr. Lasierra Resa y el Sr. Muñoz González, que tuvieron a nuestro entender, una buena actuación a lo largo de todo el encuentro.

El técnico epilense, apostó desde el principio por un esquema de juego bastante clásico, basado en el juego posicional y una apuesta ofensiva basada en la velocidad del Galgo Dani, sumado todo ello a la opción de la posición de un hombre en la clásica función de delantero centro, y al fortalecimiento ofensivo  con frecuentes subidas en ataque por banda a través de sus laterales, aprovechando la amplitud de espacios que proporcionaba el estadio monegrino debido a sus amplias dimensiones, que le funcionó muy bien solamente en la primera mitad del encuentro.

Por su parte, el Sariñena optó también por un sistema similar utilizando sobre todo a Junco como hombre más generador de peligro en las ofensivas monegrinas.

En la primera mitad del encuentro, el Sariñena tuvo más el balón sufriendo mucho con esa posesión, mientras que el Épila estuvo bastante cómodo sin el esférico, y generó las sensaciones de mayor peligro de cara al gol, poniendo la mayor verticalidad en el juego y el mayor número de aproximaciones peligrosas al área monegrina, pudiendo haber sentenciado el encuentro, a no ser por las malas definiciones en los momentos clave de cara al gol.

Ya en el minuto-1, en una buena combinación epilense, el Galgo Dani no acierta a empujar el balón a la red de la portería local, bajo los mismos palos, perdonando el poner por delante al Épila en el marcador. Tanto es así que muchos de los espectadores cantaron gol en esta jugada por efecto óptico, dando el balón en el lateral bajo de la red.

Sobre el minuto-14, el dominio del balón se igualó en ciertos momentos del partido. Los locales intentan sorprender a distancia, aprovechando el viento a favor, pero el portero epilense el Gato Fabre resolvió bien sin apuros las escasas ocasiones que tuvo que intervenir.

En el minuto-32, fruto de una fase de mayor y claro domino epilense, el Niño Usón combina en una buena asistencia con Excelsus Vicente quien controla muy bien con el pecho y sacando un excelente tiro consigue un gol de bella factura, poniendo el marcador en cero a uno a favor del Épila.

En el minuto-36, se produciría el segundo gran perdón del Épila en una jugada a balón parado, en la que el balón entra y se pasea en el área pequeña de los monegrinos, sin que nadie tuviera la cortesía de invitarlo a cruzar la puerta y entrar.

Tras el paso por vestuarios, con el marcador en contra el Sariñena salió más intenso, con claro dominio de balón y realizando las llegadas más peligrosas al área epilense, aunque el Épila seguía bien agarrado en el campo y defendiendo bien su ventaja, dando también muestras de peligro en sus contragolpes.

Sin embargo, el Épila se cebó en el ataque y en el avance de líneas buscando matar el partido, creyendo en sus posibilidades alimentadas por las sensaciones habidas en la primera mitad, cayendo en la trampa del desgaste de sus defensores ofensivos por banda producido por un continuo desdoblamiento de posición defensivo-ofensivo-defensiva, y en el empecinamiento de mantener la posición de la referencia en ataque en un delantero-centrismo que no funcionó.

Los cambios efectuados en el banquillo epilense no aportaron ninguna solución, y al final los monegrinos pudieron pillar la espalda del costado izquierdo del cierre defensivo epilense tras una excelente cabalgada por banda, que Junco en el minuto-56 de partido, aprovechando una buena asistencia, envía de cabeza a la red epilense, estableciendo el empate en el marcador.

A partir de aquí el Sariñena se creció notablemente, en la misma medida que se descompuso el Épila, y el encuentro subió muchos enteros en el termómetro de la intensidad.

En el ecuador de este segundo acto, el Épila perdió presencia en el campo y el Sariñena ganó en pegada haciendo llegadas muy explosivas al área epilense. Mientras que el Épila se esforzaba con desdoblamientos de sus laterales para correr la banda que, aunque hicieron un gran derroche de esfuerzo, solo encontraban el vacío en el espacio ofensivo central, no habiendo nadie que pudiera recoger los envíos y prolongarlos a la puerta monegrina.

Así las cosas, con un Épila derrochando cada vez más esfuerzo en un campo de grandes dimensiones, y cada vez más romo e ineficaz en ataque, se fue apagando y diluyendo, a medida que el Sariñena veía cada vez con mayor confianza la posibilidad de llevarse su primera victoria como local y, en el minuto-75, fruto de ello obtendría el gol de la victoria por mediación de Manau, que le daría la vuelta al marcador.

A partir de aquí, y durante el último cuarto de hora del encuentro, el Sariñena administró muy bien su ventaja, ante un Épila que aunque siguió luchando hasta el momento final, se veía ya en el campo como “gato muy voluntarioso de cara a cazar ratones, pero con las uñas muy recortadas”, y el encuentro llegaría a su final con la alegría lógica de los seguidores sariñenenses que veían, por primera vez en esta liga, ganar a su equipo en casa.

Con esta derrota, el Épila trunca su racha de victorias consecutivas, aunque sin sufrir demasiado respecto de su posición en la tabla, mereciendo nuestro aplauso los jugadores por la actitud demostrada en el campo con un derroche de entrega desde el minuto uno hasta el final del encuentro, pero no así la bancada técnica que, a juicio de muchos de los asistentes al encuentro incluido el nuestro, dejó mucho que desear en lo que respecta la segunda mitad del encuentro, quedándole pendiente de analizar por su parte, en bien siempre de los resultados del equipo que dirige.

Queremos manifestar también desde aquí nuestra felicitación más sincera por el merecido triunfo del Sariñena, que le permite sumar tres importantísimos puntos, y gozar así junto con sus seguidores del primer triunfo como local.