CF. EPILA, 4 - CD. UTRILLAS, 2
CF. EPILA, 4 - CD. UTRILLAS, 2
EL ÉPILA, DESPUÉS DE UNA SOLVENTE PRIMERA PARTE, Y TRAS ATRAVESAR UNA CRISIS DE “RELAXÍN DORMIDERO” EN BUENA PARTE DE LA SEGUNDA MITAD DEL ENCUENTRO, QUE ESTUVO A PUNTO DE COSTARLE UN “DISGUSTO” FUTBOLÍSTICO, ACABÓ CAUTIVANDO A SU AFICIÓN EN LA HUERTA, DEMOSTRANDO SER EL LÍDER GOLEANDO, CON GRAN PUNDONOR Y MUCHO OFICIO, A UN UTRILLAS, QUE DEMOSTRÓ, A PESAR DE SU DERROTA, FORTALEZA Y BUEN FÚTOL, EN MUCHOS DE SUS JUGADORES.
“Cuando se ganan los partidos antes de terminar de jugarlos, se corre un alto riesgo de perderlos”
Fernando Rosel Lana. Socio del CF ÉPILA, y seguidor analista del fútbol aragonés.
El Épila, recibía en La Huerta epilense, como líder sólido tras su importantísima victoria en el “San Miguel” de Fuentes, a un Utrillas muy bien clasificado en la zona media alta de la tabla, que venía de endosar sendas goleadas por cuatro a cero, en sus dos últimos compromisos ligueros como local, y con futbolistas en sus filas de calidad contrastada, en distintos equipos de renombre en el fútbol aragonés.
Como viene ya siendo habitual en esta categoría, el encuentro volvió a hacer vibrar a la Afición epilense, por su espectacularidad y sobre todo, esta vez, por las variaciones habidas en el marcador a lo largo de la película del partido, que produjeron en la Afición y en los jugadores epilenses, emociones y estados de ánimo, que pasaron de la más tranquila satisfacción al final de la primera mitad del encuentro, a la alegría vehemente del final, tras cruzar un largo espacio temporal, desde el inicio de la segunda mitad, de casi media hora de una intensa perplejidad e incertidumbre, debido a las continuas variaciones habidas en el marcador.
En la primera mitad, fue el Épila el claro dominador del encuentro, en cuanto a dominio del balón y del juego que, fruto de las continuas y peligrosas incursiones de la línea atacante de los epilenses, dieron lugar a dos claras penas máximas que, lanzadas por Chueca, en los minutos-13 y 30, pusieron el marcador en franca ventaja para los locales, que se marcharon al descanso con un resultado que les permitió relajarse, y espantar cualquier tipo de fantasmas futbolísticos, a la hora de sacar el partido adelante.
Pero en el fútbol, a veces, las paradojas se hacen protagonistas, y las “ventajas se vuelven peligrosas”, y las “desventajas, se tornan en fortalezas”. Y eso, es lo que pensamos que sucedió en este encuentro, cuando al parecer los epilenses celebraron la victoria en sus mentes, antes de que el partido acabara, quedando por jugarse todavía, toda la segunda mitad del encuentro.
En este sentido, el Épila comenzó la segunda mitad del encuentro con el síndrome peligroso del “partido ya ganado”, y con una dosis mental exagerada, de “relaxín dormidero”, y de “prepotentia subvalorizante del rival”, dando “por muerto ya, a un rival estando todavía muy vivo”.
En estas circunstancias, el Utrillas olió el complejo de la excesiva confianza debilitante del “poderoso líder”, y en el minuto-52, pasados solamente siete minutos del comienzo de la segunda mitad, la defensa epilense “sin despertar de la modorra de la dosis de relaxín” del descanso, concede toda la maniobrabilidad necesaria y más, para que un hombre de dilatada experiencia en esto del fútbol, como es De Blas anotara el uno a dos para su equipo, estando ahora bajo palos Moreno, que había sustituido a Fabre por lesión.
Con este gol, se produjeron los consabidos efectos antagónicos en las cabezas de jugadores y técnicos de ambos equipos. Dando lugar, a la intranquilidad y perplejidad en el cuadro epilense, y al estado mental de aumento de confianza en los utrillenses, dándoles oxígeno para meterse en el partido.
Los técnicos epilenses, activan las alarmas y moviendo banquillo, tratan de reorganizar el equipo, haciendo dos sustituciones. Sin embargo, el asunto se complicó y la incertidumbre aumentó, cuando en el minuto-68 de partido, Daniel Martínez consigue empatar el encuentro con un tiro de falta directa, “casi desde su casa”, sorprendiendo al meta Moreno.
Tras el empate del Utrillas, sonaron con fuerza las alarmas en La Huerta, y los técnicos epilenses torcieron el gesto, fruncieron el ceño, empezaron a tragar saliva, entraron en dilatación pupilar y en la duda metafísica, y comenzaron los diagnósticos de urgencia, y la puesta en escena de los remedios necesarios, para intentar parar a tiempo, lo que se podía haberse convertido en un “suceso futbolístico inesperado”, y altamente frustrante para el Equipo y su Afición.
En este sentido, tras el golpe inesperado del empate utrillense, los responsables del banquillo epilense, comenzaron de nuevo a mover más piezas en el tablero de La Huerta, y de manera escalonada fueron dando entradas por salidas de jugadores, que cambiaron el escenario de juego, aprovechando también el hecho de que dos de sus jugadores claves, habían visto ya la cartulina amarilla.
Afortunadamente para los locales, la reacción del líder no se hizo esperar tras el empate, produciéndose un despertar tan rápido como eficaz, pues justo a los cinco minutos de conseguir los turolenses el empate, el Ilustre calvo del centro del campo epilense, Jorge Chueca, que había decidido ayer echarse el equipo a la espalda, rompía en el minuto-73 el empate, marcando el 3 a 2 para el Épila y llevándose para su currículum personal un “hat trick”, después de haber conseguido ya en la primera parte marcar los dos goles del Épila, en el lanzamiento de sendos penaltis “de libro”, cometidos por el Utrillas.
El Épila, se vino arriba tras ese gol y superar el trago del empate, y todavía quiso más, y en el minuto-88, tras una bonita jugada de toque espectacular, participando varios jugadores epilenses, Belanche muy bien asistido, recibe un balón en el área, que no desaprovecha, para marcar el cuarto de la tarde, batiendo al portero utrillense Tavares.
Con esta victoria, el Épila, beneficiado también por buena parte de los resultados de sus rivales más directos, se coloca todavía más líder en solitario, y “sube enteros” como claro aspirante al ascenso, mientras que el Utrillas, pierde muchas opciones de cara a aspirar a los dos primeros puestos de la tabla, aunque sigue en la zona media alta, sin sufrir de momento la zozobra, que supone estar en posiciones de mayor riesgo.