EPILA, 2 - MORES, 0
EPILA, 2 - MORES, 0
Fernando Rosel Lana
EL ÉPILA CIERRA LA PRIMERA VUELTA, LOGRANDO UNA IMPORTANTE Y TRABAJADA VICTORIA CON CALIDAD, ESTRATEGIA Y ESFUERZO, ANTE UN BRAVO Y DISCIPLINADO MORÉS QUE, AUNQUE HIZO MÉRITOS Y LO DIO TODO EN EL CAMPO, NO PUDO SUPERAR EL FORTÍN DE LA HUERTA
DATOS DE INTERÉS PREVIOS AL PARTIDO
Los epilenses llegaban a este encuentro con la idea de clara de obtener una victoria en su feudo, que les permitiera continuar al acecho de conseguir de nuevo la segunda plaza que da derecho al ascenso, en espera de lo que pudieran hacer sus rivales más directos, teniendo enfrente a un siempre bravo Morés intentando luchar con “uñas y dientes” por llevarse algo del difícil fortín de La Huerta, debido especialmente a que en estos momentos, se encuentran en el límite del acantilado, a tan solo tres puntos del descenso.
A priori, pues, se trataba de un bonito e interesante encuentro entre dos equipos, que se han venido caracterizando esta temporada, por ser muy tácticos, disciplinados y entregados en el campo de juego, y en el que un equipo goleador como es el Épila, se enfrentaba a un Morés caracterizado más por recibir muy pocos goles, y por ser uno de los equipos de la categoría más proclives al empate, por lo que el espectáculo futbolístico en La Huerta, estaba en principio asegurado.
CIRCUNSTANCIAS AMBIENTALES
El partido, se jugó en césped natural en un mal estado para la práctica del fútbol, con una temperatura fría y muy húmeda, con una buena entrada de público local como viene siendo habitual en La Huerta, y un puñado de seguidores moresanos, que disfrutaron de un buen espectáculo futbolístico, con la consiguiente pasión pero, afortunadamente, sin incidentes y en buena armonía entre ambas aficiones.
LABOR ARBITRAL
La siempre difícil labor arbitral, fue llevada a cabo por el colegiado Sr. Ramírez Marco, auxiliado en las bandas por los Srs. Hörndler Gil y Alexandru Neagone, teniendo una aceptable actuación, sin protagonismos innecesarios, buen manejo en el uso de las tarjetas, y sin que sus decisiones influyeran en el resultado final.
PLANTEAMIENTOS, JUGADAS CLAVE Y GOLES DE LA PRIMERA PARTE
La primera mitad del encuentro, comenzó con los dos equipos con el termómetro de la intensidad marcando temperatura elevada, siendo el equipo moresano quien el minuto-8 tuvo la primera oportunidad de marcar en un mano a mano con el portero epilense Aleta, que salvó bien la situación.
El Épila en este primer acto, buscó sus opciones de peligro utilizando como recursos más frecuentes, el fútbol de “fuego de mortero”, tratando de salvar el cuerpo a cuerpo del centro del campo, lanzando balones largos a la línea ofensiva, y el recurso de su recurso estrella de la RVD o intento de romper los flancos moresanos usando como estiletes al Nano Rosagaray y Dani Alonso, complementados por Vakerito en posiciones d ataque más centrales.
En el minuto-20, de nuevo es el Morés quien puso en aprietos la zaga epilense, teniendo que intervenir de nuevo con gran eficacia su portero Aleta.
En el minuto-28 en uno de los ataques al contragolpe de la RVD epilense, el Nano Rosagaray rompe el costado derecho de la defensa moresana, mete un balón cargado de gol a la “olla”, y allí el correcaminos Iván Aladrén entra con tanta decisión como potencia en el área, y fusila a Cubas en un gol de bella factura que casi saca brillo a la escuadra derecha de la portería visitante, haciendo el uno a cero para el Épila.
En el minuto-35, Dani Alonso logra enganchar un buen tiro en la frontal del área, que sale por encima del larguero moresano, levantando el onomatopéyico uyyyyy en la afición epilense.
Un minuto más tarde es Vakerito, quien desde banda izquierda ejecuta un buen centro-chut al palo contrario, que pilla descolocado al portero moresano Cubas y está a punto de marcar el segundo para el Épila, pero su tiro sale sesgado junto al palo izquierdo de la portería visitante.
En el último tramo de esta primera mitad el Morés presionó en el centro del campo y durante bastantes minutos fue dueño del balón, y a pesar de que la defensa epilense tuvo momentos de cierta incertidumbre, no supo o no pudo “sacar agua del pozo”, y esta primera mitad acabó yéndose los jugadores al vestuario, con la ventaja de los locales por uno gol a cero, que dejaba la incertidumbre del resultado final en La Huerta.
PLANTEAMIENTOS, JUGADAS CLAVE Y GOLES DE LA SEGUNDA PARTE
A lo largo y ancho de toda la segunda mitad, se vivió de nuevo un juego todavía más intenso por parte de ambos equipos. A los moresanos no les servía la derrota y fueron con valentía y esfuerzo a neutralizar la ventaja de los locales, adelantando líneas. Y el Épila no especuló con su mínima ventaja y se fue con más decisión en busca del segundo gol que le permitiera cerrar el partido.
El encuentro, pues, entró durante todo este segundo acto, en un continuo toma-y-daca y en un permanente sube-y baja, que hizo mantenerse vibrantes durante todo el resto del partido a amabas aficiones, en un bonito espectáculo futbolístico de entrega y ambición de victoria en ambos conjuntos.
En el minuto-57, el jugador epilense Rubén, dio un excelente pase en profundidad a la posición del delantero Vakerito, provocando un mano a mano con el portero moresano Cubas, quien logra llevarse el “gato al agua”, diluyendo el peligro de gol.
Pronto, el Nano Rosagaray empezó su espectáculo particular rompiendo los costados moresanos, tanto por banda derecha como izquierda, y en el minuto-68, pone un balón de oro en la “olla moresana”, salvando in extremis y con gran acierto, la defensa visitante.
En el minuto-74, es el Morés quien pone a prueba al portero epilense Aleta, gozando de una buena ocasión de empatar el encuentro, salvando la situación el portero local, con una excelente intervención.
En pleno “baile de idas y venidas” de ambos equipos, en el minuto-80, el Épila goza de una clarísima oportunidad de ampliar la ventaja en el marcador, como consecuencia de una gran jugada en la que de nuevo el omnipresente Nano Rosagaray, combina con su “pareja de baile” Dani Alonso, que hace una asistencia excelente a Amizicia, que llegando con velocidad y bien posicionado, define de manera sensacional un tiro a la portería moresana que Cubas salva el gol cantado en la grada, con un paradón antológico.
En los últimos minutos el partido se rompió, y entró en una fase tan interesante como vibrante e incierta respecto de lo que podía ser el resultado final del encuentro, y en el minuto-89 el Épila consigue dar el zarpazo definitivo utilizando su arma letal de la velocidad del contragolpe, en una jugada donde aparece el siempre frío y técnico jugador epilense Amizicia, quien con esa visión fría y esa técnica geométrico euclidiana que le son propias, realiza una asistencia al jugador epilense Ibáñez Martín que dentro del área fusila el segundo y definitivo gol para el Épila, sin dar opción al buen portero moresano Cubas.
Tras este segundo gol, lejos de “bajar los brazos” los bravos moresanos siguiendo luchando hasta el último segundo del encuentro, pero el resultado ya no se movería en el tiempo añadido.
Destacaron por el Épila la actitud de entrega, disciplina y esfuerzo de todos sus jugadores, y de manera especial su guardameta Aleta, Iván Aladrén, y Rosagaray que estuvo ES TRA TOS FÉ RI CO. Así como la excelente preparación de este encuentro, gestión de la plantilla de acuerdo a las circunstancias, y también excelente dirección del mismo, desde el minuto uno hasta su conclusión definitiva, demostrando un buen nivel técnico, así como una sensacional manera de saber ser y estar en un campo de fútbol. Y respecto del Morés, la actitud igualmente de entrega, disciplina y esfuerzo de todos sus jugadores en el campo y, de manera especial, su guardameta Cubas y Carlos Embid.
EPÍLOGO
El Épila, con este triunfo, dados los otros resultados de la jornada, consigue de nuevo la segunda plaza de la clasificación, y queda a expensas de recibir la próxima jornada en La Huerta, nada más y nada menos que al líder imbatido de la categoría, donde tendrá que intentar salvar el escollo más difícil de lo que va de temporada.
Por su parte, el bravo equipo moresano tras su derrota en La Huerta, queda asomado al acantilado del descenso, a tan solo dos puntos del mismo.